TOP RAMEN EN BOGOTÁ

Tomodachi fue uno de los primeros restaurantes que trajo la comida japonesa auténtica a Bogotá. Los dueños viajaron a Tokio en su investigación y conocieron a Kumiko, en un bar de la ciudad. La convencieron de venir a Bogotá y de trabajar con ellos en el menú del restaurante. Además del ramen, que es perfecto, mi entrada favorita es la entraña, no saben la delicia!

El Grupo Gordo se trajo a una chef directamente de Japón para que les armara todo el menú y, la verdad, les quedó una chimba. El concepto es cocina casera japonesa. De hecho, Kumiko Tei significa en casa de Kumiko y los platos tienen todo el sabor y el perrenque de la comida tradicional japonesa, pero de casa. Nosotros comimos de todo, y, aún así, quedamos con ganas de volver.

Amen Ramen lleva ya varios años metiéndole su toque propio a preparaciones típicas asiáticas. No le tienen miedo a inventar y a romper las reglas, todo siempre en provecho del sabor. Las gyozas y los baos siempre son un buen comienzo y el ramen está muy bien logrado. Es el sitio perfecto para probar las opciones colombianizadas del caldo típico de Asia.

Nos encanta encontrar sitios caletos que no tanta gente conoce pero son demasiado buenos y más gente debería conocer, en esas llegamos a Menya Umai. Juan y Mónica decidieron abrir este rincón de ramen perfecto para cualquier presupuesto. Pablo llevaba semanas insistiendo, y resolvimos mandarlo de corresponsal. Se fue a probar este sitio, al lugar le caben pocas personas, le meten la ficha para sacar un ramen con flow y vale la pena que lo conozcan.

Este es un bar de ramen de autor. Es detrás de la zona oficinera de la 100 y la especialidad es el ramen. Ofrecen 5 tipos: tradicional, de la casa, ramex, smoky y vegano. Nosotros probamos el tradicional y el ramex, ambos estaban muy buenos; el sabor del caldo nos encantó. También probamos las entradas, los cocteles y el postre, pero definitivamente el ganador es el ramen.

Esta franquicia tiene puntos por todo el mundo y lleva desde 1968 cocinando el auténtico ramen japonés. Los sabores me parecieron contundentes y me gustó que, si no tiene ganas de caldo, tienen mucha variedad en la carta.

¿Qué tanta diferencia hay entre un ramen en Osaka y uno en Bogotá? Erika Takagi se ha encargado de que no la haya, de que el ramen que se consigue en un pequeño local de Chapinero sepa exactamente igual al que se comería uno en Japón. Creció comiendo ramen desde los 4 años e hizo de su proyecto de vida replicarlo. Menos mal lo hizo a este lado del mundo, porque la verdad nos hizo un favor. El local está escondido en un centro comercial, es pequeño y evoca los auténticos restaurantes japoneses. Tiene solo doce puestos, no hacen reservas y atienden por orden de llegada, así que le recomendamos llegar temprano. La dueña es de padres japoneses y, aunque es ingeniera eléctrica, siempre quiso abrir un restaurante japonés, que también era el sueño de su mamá.